Diego, la selección y la Ley de Medios por ivan jeger

Ya está. Ya pasó. Sí, pasó cuatro veces la pelota por el lugar menos indicado de la línea de cal. Fueron cuatro jabulanis las que nos comimos.

Dicen que de las derrotas se aprende. Y vaya si aprendimos. El sábado no sólo cayó la selección Argentina, nuestra selección. También cayeron muchas caretas, muchos falsos disfraces de falsos corderos.

Los primeros que cayeron fueron los chupamedios de prensa. Los mismos que hablaban del revolucionario planteo del Diego. Y pasó como en todas las revoluciones: muchos se pasaron a la contrarrevolución, aunque siempre militaron en ese lado. Son los medios que nunca lo bancaron al Diego. Y no lo bancaron porque Maradona es, precisamente, lo que ellos detestan: un tipo humilde, salido de la Villa Fiorito , un tipo que, como a Perón, nunca se lo entenderá. Un tipo que prefirió a Fidel Castro, antes que a Havelange. Un tipo que prefirió a la abuela Carlotto, antes que a la mamá Herrera. Eso, no se lo perdonarán.

La selección murió en la suya y fue un equipo totalmente argentino, que nos identificó a todos. Fue tan argentina la selección que cada uno de los invisibles, detrás de las pantallas, o con el oído en cada radio, supimos conseguir. Es una selección argentina, porque cometió errores, como todos nosotros. ¿O acaso nunca nos equivocamos?

Esta es la hora de las encuestas. “Diego sí, o Diego no”. Según Clarín, Olé, TN, La Nación , “la gente” no quiere que el Diego siga al frente de la selección. Sin embargo nada dicen del sentir de los argentinos que vivimos más allá de la general Paz, como en Tucumán, por ejemplo, la misma provincia donde un hincha, al festejar el triunfo de Argentina sobre Nigeria, se lo dedicó a los monopolios, a América, a TN y a Cla…(perdón hubo un error en el satélite).

Las encuestas no se hacen en la calle. No le preguntan al trabajador, al estudiante, al desocupado. El discurso hegemónico del centralismo porteño (de los monopolios), no puede, ni debe llegar a otros lados, porque para ellos es importante lo que piensa “la gente”.

Ahora, “la prensa especializada” va a proponer a sus técnicos, como si del nuevo ejecutivo de la empresa se tratara. Y la “otra gente”, la que no tiene tiempo para leer un diario vía internet. O porque prefiere ver cosas un poco más pecaminosas, es la gente que no opina, porque no existe.

Sin embargo, fueron más de 15 mil almas las que fueron a recibir a sus héroes, 15 mil que se multiplican por 15 mil. Porque por cada una de esas personas, yo me sentí identificado. Yo también estuve en Ezeiza, como el sábado pasado, cuando me clavaron con cuatro jabulanis en el medio del corazón.

Pero prefiero esta derrota, porque así voy conociendo, uno por uno, quiénes son mis amigos, y quiénes no.